sábado, 2 de noviembre de 2013

La educación emocional




Tras el rápido desarrollo de la tecnología y la apertura de fronteras e intercambios culturales cada vez mayores, muchos profesionales de la educación se están planteando generar en los niños valores, metas, capacidades que permitan resolver problemas relacionados con las emociones y los sentimientos.


Llevamos tiempo escuchando hablar de inteligencia emocional pero ¿qué es? ¿para qué sirve? Hoy se sabe que la mayoría de las habilidades que nos conducen a una vida plena son emocionales y no intelectuales. Aprender a regular las emociones y las de los que nos rodean forma parte de los planes de estudios de algunas escuelas infantiles y colegios. Lo que sienten los niños sobre sus experiencias de aprendizaje debe ser tan importante como lo que aprenden. Por tanto las emociones deben ser parte del currículo en la edad temprana. El mundo emocional de los niños es complejo, debemos ofrecerle herramientas que le ayuden a identificar que siente y como les afecta. No es lo mismo estar triste que enfadado, sentir vergüenza, rechazo, ira, miedo o alegría. Y eso es algo que los niños necesitan aprender a través de la “escucha activa, el dialogo, el desarrollo de la empatía, la comunicación no verbal, sabiendo decir que no a reaccionar sin violencia.

La tarea de educar emocionalmente es necesaria. El ritmo de vida está provocando que se sustituyan las necesidades emocionales de los niños por videoconsolas. El vacío emocional incapacita a los niños a enfrentarse al mínimo revés. El entorno tampoco facilita las cosas: la tele, internet, los videojuegos…

El desarrollo emocional de los niños es mucho más vulnerable por las calamidades y privaciones de afecto a que están expuestos. No tienen modelos para desarrollar competencias que necesitan para la vida presente.

Todas estas causas y muchas otras que con seguridad han tenido su influencia en el cambio han ido haciendo más sensibles a los educadores, a los padres, a los médicos y a los profesores en general, sobre la importancia que tiene la vida emocional de las personas. Y, sobre todo, de los escolares en las primeras edades.

La escuela también puede ayudar en el aprendizaje emocional, optando por un modelo donde haya cabida para los conocimientos y las emociones y fomentando el aprendizaje de la inteligencia emocional. Si entre todos, familia y escuela, ponen de su parte, el resultado son niños con autoestima, optimistas que entienden los sentimientos de los demás y superan sin dificultad las frustraciones.En definitiva futuros adultos FELICES!!!!!

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