jueves, 5 de diciembre de 2013

El juego heuristico



El juego heurístico es una actividad lúdica pensada como continuación del cesto de los tesoros y destinada a niños y niñas de edades comprendidas entre 12 y 18/24 meses; debe llevarse a cabo en grupos pequeños –de 6 a 10 niños-. Necesita que previamente los niños hayan tenido oportunidad de explorar distintos materiales y texturas.

Para llevar a cabo el juego se necesita la siguiente preparación: disponer de material concreto, inespecífico y no catalogado como didáctico; un espacio preparado adecuadamente; tiempo sin interrupciones y exclusivo para la actividad (45 minutos o más por sesión); una educadora como mínimo, y ambiente de tranquilidad.

Es una actividad que aprovecha y potencia las acciones espontáneas de los niños y niñas. Tiene dos fases: en la primera, exploran los materiales y combinan unos objetos con otros; en la segunda, orientados por el adulto y de forma organizada, recogen el material con el que han estado jugando y construyendo.

La actividad se realiza en una sala donde normalmente juegan los niños, con suficiente espacio para el movimiento y que permita la autonomía y de respuesta a las necesidades de cada uno de los pequeños (concentración, creación, etc.).
Cuenta con tres clases de material: los objetos, los contenedores y las bolsas. Se utilizan objetos que no tienen finalidad lúdica preestablecida, que se combinan fácilmente entre sí, con diferentes orígenes (recuperados de la naturaleza, recogidos de casa, comprados, confeccionados para el juego, etc.).

Debe haber un número adecuado (mínimo 15 o 20 tipos de objetos distintos y, de cada tipo, tiene que haber 50 unidades); cuanto mayor es el surtido más variadas serán las combinaciones posibles que podrán hacer.

Los contenedores serán de un material que permita contener otros objetos; por ello deben ser cóncavos, sólidos, duraderos y fáciles de manejar para los niños y niñas. Los más aconsejables serían: cilindros duros (de cartón o metal) destapados, botes de metal sin tapadera, cajas de madera, de metal o similares y no demasiado grandes (para el manejo de los niños). Su finalidad es servir de recipiente para un objeto o más, facilitar diferentes actividades con el material de juego y aportar nuevas experiencias en la exploración. Han de colocarse al alcance de los niños y al lado del material. Son necesarios 3 o 4 contenedores por niño.

Y por último las bolsas que serán de tela y de un tamaño que dependerá de los objetos que vayan a contener, es necesario una bolsa de tela por cada tipo de objeto y es necesario identificar cada bolsa según su contenido. Su cometido es por un lado conservar el material de forma adecuada y clasificado, y por otro lado, que los objetos puedan recogerse durante la actividad.


miércoles, 4 de diciembre de 2013

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El cesto de los tesoros



La cesto o panera de los tesoros (panera dels tresors) es una propuesta de juego para niños de 6 a 10-12 meses y que consiste en un cesto donde introducimos objetos diferentes y asequibles a estas edades donde pueden permanecer sentados, pero aún no se desplazan demasiado ni con autonomía. Como dice E. Goldschmied se trata de “aprender a través de la experimentación y el descubrimiento a través de los objetos”. 

Es una actividad de exploración, concentración y atención, donde hay que llenar un cesto de mimbre (recomendable materia natural) con objetos de uso cotidiano y escogidos para descubrir y desarrollar el tacto, gusto, olfato, vista, oído y movimiento del cuerpo. 

Los objetos del cesto no son juguetes, sino que pueden ser de la casa o entorno del niño/a, confeccionados y/o recuperados de la naturaleza. Se trata de proporcionar un conjunto de objetos diferentes para favorecer la curiosidad por descubrir las cualidades de las cosas y los diferentes usos de los objetos. 

Con el cesto de los tesoros los menores aprenden por sí mismos; el adulto les da seguridad y confianza pero sólo desde la presencia y atención a lo que sucede en el momento de la actividad. 

Los objetos se escogen atendiendo a sus cualidades (madera, metal, objetos naturales, posibilidades de sonido, formas diferentes, etc.) y se colocan dentro de un cesto de unos 35 centímetros de diámetro y alrededor de 8-10 de altura. Debe ser sólido, plano, estable y que no tenga asas. El niño debe poder apoyarse en él sin que vuelque. 

La selección de materiales se hará desde objetivos creativos y renovadores (estimulantes para su mente, conviene que esté en un rincón estable de la sala y sobre una alfombra. Se sentarán alrededor del cesto o muy cerca de él para acceder de forma fácil y poder mantener el equilibrio. 

Hay que evitar interferencias y favorecer que manipulen, exploren y se concentren. Los objetos favorecen que entre ellos se establezcan los primeros contactos, comunicaciones e interés por medio de esta propuesta de juego.


Esta actividad debe prepararse con interés y colaboración por parte de todo el equipo y pensando en la implicación de padres y madres a la hora de recopilar objetos y observar la evolución de sus hijos e hijas.