El juego heurístico es una actividad
lúdica pensada como continuación del cesto de los tesoros y destinada a niños y
niñas de edades comprendidas entre 12 y 18/24 meses; debe llevarse a cabo en
grupos pequeños –de 6 a 10 niños-. Necesita que previamente los niños hayan
tenido oportunidad de explorar distintos materiales y texturas.
Para llevar a cabo el juego se
necesita la siguiente preparación: disponer de material concreto, inespecífico
y no catalogado como didáctico; un espacio preparado adecuadamente; tiempo sin
interrupciones y exclusivo para la actividad (45 minutos o más por sesión); una
educadora como mínimo, y ambiente de tranquilidad.
Es una actividad que aprovecha y
potencia las acciones espontáneas de los niños y niñas. Tiene dos fases: en la
primera, exploran los materiales y combinan unos objetos con otros; en la
segunda, orientados por el adulto y de forma organizada, recogen el material
con el que han estado jugando y construyendo.
La actividad se realiza en una sala
donde normalmente juegan los niños, con suficiente espacio para el movimiento y
que permita la autonomía y de respuesta a las necesidades de cada uno de los
pequeños (concentración, creación, etc.).
Cuenta con tres clases de
material: los objetos, los contenedores y las bolsas. Se utilizan objetos que
no tienen finalidad lúdica preestablecida, que se combinan fácilmente entre sí,
con diferentes orígenes (recuperados de la naturaleza, recogidos de casa,
comprados, confeccionados para el juego, etc.).
Debe haber un número adecuado (mínimo
15 o 20 tipos de objetos distintos y, de cada tipo, tiene que haber 50
unidades); cuanto mayor es el surtido más variadas serán las combinaciones
posibles que podrán hacer.
Los contenedores serán de un material
que permita contener otros objetos; por ello deben ser cóncavos, sólidos,
duraderos y fáciles de manejar para los niños y niñas. Los más aconsejables
serían: cilindros duros (de cartón o metal) destapados, botes de metal sin
tapadera, cajas de madera, de metal o similares y no demasiado grandes (para el
manejo de los niños). Su finalidad es servir de recipiente para un objeto o
más, facilitar diferentes actividades con el material de juego y aportar nuevas
experiencias en la exploración. Han de colocarse al alcance de los niños y al
lado del material. Son necesarios 3 o 4 contenedores por niño.
Y por último las
bolsas que serán de tela y de un tamaño que dependerá de los objetos que vayan
a contener, es necesario una bolsa de tela por cada tipo de objeto y es
necesario identificar cada bolsa según su contenido. Su cometido es por un lado
conservar el material de forma adecuada y clasificado, y por otro lado, que los
objetos puedan recogerse durante la actividad.